Agro Icaro. Imágenes aéreas para la agricultura de precisión

Hace unas semanas, estuvimos haciendo unas pruebas con la empresa Agro Icaro. Esta empresa se dedica a agricultura de precisión, especialmente en imágenes aéreas, que junto con la toma de muestras de suelos y cultivos, pueden hacer un estudio preciso sobre el vigor de las plantas y por tanto hacer una recomendación de abonado o tratamientos fitosanitarios muy localizados.
El uso de imágenes aéreas en la agricultura se ha estado llevando a cabo desde la década de los 70, con imágenes por satélite primero, después con imágenes tomada desde aviones y desde hace poco mediante el uso de drones. La mejora en la rentabilidad de su uso ha venido por dos lados: uno por la inmediatez de los datos y otro el coste por hectárea de la imagen. No se puede estandarizar la toma de imágenes aéreas para todos los cultivos, porque no tiene nada que ver un olivo a un ajo, ni una vid a la cebada. Dependiendo de cada cultivo se tienen que tomar las imágenes a una determinada altura y realizar un procesado apropiado de imágenes.
El proceso de elaborar un mapa de vigor del cultivo tiene varios pasos:
  1. Planear el vuelo: tipo de cultivo, condiciones meteorológicas, prohibiciones,…
  2. Realizar el vuelo para hacer las fotos.
  3. Procesado por ordenador de todas las imágenes (es el trabajo más costoso ya que conlleva varias horas).
La prueba que hicieron consistió en sobrevolar aproximadamente unas 60 hectáreas de varios cultivos (cereales, ajos, alverjón y guisantes) a 120 metros de altura tomando  fotografías con dos tipos de cámaras: cámara RGB (que capta el espectro visible de luz para el ojo humano) y cámara NIR (que nos muestra una banda de luz cercana al infrarrojo). La actividad clorofílica de las plantas refleja más luz en este espectro cercano al infrarrojo (e invisible para el ojo). A través de las cámaras y los cálculos matemáticos, obtendremos la intensidad de esta actividad y por tanto una visión de la salud o vigor de nuestro cultivo.
Con las fotografías tomadas creamos dos mapas de los cultivos (fig.1 con la cámara RGB y fig.2 con la cámara NIR). Los mapas están muy reducidos (su tamaño original es de aproximadamente 14.000×21.000 píxeles). Este tamaño tan grande nos facilita el zoom y ver con detalle las zonas que necesitemos. En el primer mapa, detectamos claramente zonas con distinto crecimiento.
Figura 1
El segundo mapa es el resultado de tratar las imágenes con el ordenador aplicando la formula NDVI (Índice de Diferencia Normalizada de Vegetación). Éste índice lo representamos a través de un gradiente de color que nos muestra la diferencia de vigor de las plantas, yendo desde el verde oscuro (crecimiento óptimo) hasta el rojo (no hay vegetación viva).
Figura 2
En el siguiente mapa (fig. 3) hemos marcado varias zonas de interés (zonas 1, 2, 3 y 4). Vemos claramente que tienen un crecimiento muy desigual, por lo que habría que averiguar las causas. Primero habría que ir a esas zonas y hacer un examen visual (exceso o falta de riego, si es causado por algún animal como conejos, jabalíes,…). Si no se descubre la causa lo más recomendable es hacer unos análisis de suelo y foliares para ver cuáles son las carencias.
Figura 3
Hemos marcado otras zonas de interés (zona 5 y 6) que aparecen en rojo, en las que si sólo viésemos la foto, podríamos pensar que no hay nada cultivado, pero en este caso sabemos que hay cultivados ajos, alverjón y guisantes. Mirando el mapa RGB vemos que están cultivadas, pero se ve más suelo que zona verde (el cultivo está en una fase inicial de su crecimiento), por lo que para conseguir unos resultados óptimos en los mapas, en este tipo de cultivos habría que volar a menor altura para poder captar mejor las plantas y usar otro tipo de índice. Con las mismas imágenes utilizadas para crear el mapa hemos utilizado otro índice que no tiene en cuenta el suelo y en la nueva imagen (fig. 4), aun cuando la altura del vuelo no es la óptima, podemos ver la diferencia del resultado obteniendo las zonas cultivadas con un crecimiento desigual.
Figura 4

English version.

Vídeo:

Fotos:

Plantando olivos. Usando tecnología GPS

En la entrada de la semana pasada os mostrábamos como plantamos unas 50 olivas utilizando el método tradicional. Ya indicábamos que para parcelas más grandes es muy complicado (y costoso) hacer una plantación haciendo mediciones manualmente. En esta ocasión, hemos utilizado las nuevas tecnologías, que sin duda, nos facilitaron mucho el trabajo.
Hemos plantado una parcela de 3 ha donde hemos puesto 542 olivas. El marco de plantación ha sido de 7x7metros (es el más común para parcelas de secano). La variedad utiliza es picual, ya que en la zona estamos obteniendo muy buenos rendimientos. Se han intercalado unas 10 olivas de otra varidad (en nuestro caso hojiblanca) para tener una correcta polinización.
Como podéis ver en el vídeo y nuestras fotos, se ha utilizado un tractor (Deutz-Fahr 6160P Agrotron) con autoguiado por GPS y un subsolador que abre y cierra el surco para poder plantar las olivas con gran facilidad sin necesidad de hacer nada más. El trabajo fue rápido y sencillo… tardamos unas 3 horas. Según nos comentaba Marco (de la empresa de servicios Los Mudis), quien nos plantó las olivas, el record lo tienen en unas 1.200 olivas al día (el tractor trabaja a 1,4 km/h). Seguro que ese día habrían batido su record.
Dimensiones territoriales y productivas
España se sitúa en el primer lugar mundial en superficie y producción de aceite de oliva. La producción española representa aproximadamente el 60% de la producción de la UE y el 45% de la mundial. La superficie dedicada a este cultivo es de unas 2.5 millones de hectáreas. De esas hectáreas el 28% se cultiva en regadío. La media de producción está entorno a 1,5 millones de toneladas (en los últimos años, la producción media a crecido considerablemente). Tenemos que destacar también que este cultivo se caracteriza por su marcado carácter vecero que supone la alternancia de producciones altas y bajas, en unas y otras cosechas.
Estas sería la distribución de hectáreas:
  • Andalucía:  1.500 mil ha.
  • Castilla-La Mancha:  358 mil ha.
  • Extremadura:  262 mil ha.
  • Cataluña:  122 mil ha.
  • Aragón:  47 mil ha.
  • Resto:  173 mil ha.

Sistemas de cultivo
En general, podemos decir que el olivo tiene una época de crecimiento que se establece entre los 0 y 14 años, dependiendo de las variedades y su producción tiene una vida útil de 150 años. El olivar tradicional con 80-100 árboles/ha ha dejado prácticamente de plantarse y se ha pasado a un sistema intensivo con densidades entre 200 y 500 árboles/ha.
Lo normal son 285 olivos a un marco de 7×5 metros para parcelas de regadío. Se consigue una plena producción a partir de los 7 años con producciones entre 8.000 y 12.000 kg/ha. El abonado se practica en fertirrigación. Para parcelas de secano, el marco más recomendado es el 7×7 metros, con una plantación de unas 190 olivas por hectárea.
Desde hace unos años también se están realizando plantaciones superintensivas en seto (7×3,5 metros e incluso 7×1,75 metros), con densidades superiores a 1.500 árboles/ha en regadío, que entran en plena producción a partir de los tres años alcanzando plena producción a los cinco años. La vida útil de esas plantaciones está entorno a 15 años. Con esta técnica los rendimientos se sitúan en los primeros años entre 10.000 y 14.000 kg/ha. Es muy importante controlar el vigor de los árboles mediante la poda y la fertilización nitrogenada. En las plantaciones de superintensivo en seto existe la técnica de ralear plantas a partir del 8º año, alcanzando una plantación de intensivo de 7×5 metros transcurridos unos 12 años.
La planta
Las exigencias ambientales, climáticas y edafológicas  del olivo están relacionadas con las condiciones que se caracterizan por veranos secos y calurosos e inviernos fríos y poco húmedos (250-450 mm precipitación anual). El olivo está especialmente adaptado al secano y gracias a la conformación de sus hojas se minimiza la pérdida de agua. Soporta altas temperaturas en verano, hasta 40 ºC si tiene humedad suficiente en el suelo, y hasta -12 ºC en pleno reposo invernal.
La inducción floral se produce en el periodo de reposo estival y al final del invierno o comienzos de primavera se inicia la diferenciación de las yemas. Con temperaturas primaverales de 10-12 ºC se inicia el desarrollo vegetativo, las inflorescencias y la floración se producen entre 15 y 18 ºC sobre la madera del año anterior. Cuando las temperaturas estivales llegan a 35-38 ºC tiene lugar una parada vegetativa.
Suelo
En cuanto a las exigencias edáficas, el olivo es una planta muy rústica, que se extiende por todo tipo de suelos, incluidos los terrenos de escasa fertilidad, aunque prefiere suelos francoarenosos, profundos y con drenaje, ya que es muy sensible al encharcamiento prolongado.
Soporta bien la salinidad y niveles elevados de caliza, siendo frecuente su cultivo sobre suelos calcáreos del área mediterránea.

English version.

Vídeo:

Fotos: